domingo, 20 de noviembre de 2016

Mi abuelita es luz

Pablo lloraba en un rincón del patio.
Un amigo suyo le había dicho que su abuelita se había ido y que no iba a volver.
Pablo, al que le habían explicado que su abuelita había muerto, pero no lo había entendido del todo, se sintió abandonado.

Por la tarde seguía triste y fue así hasta que vió a su tío.
-¿Qué te pasa Pablo? ¿Por qué lloras?
-Por la abuelita, nos ha abandonado.
Entonces, su tío ladeo la cabeza y lo miró:
-La abuelita nunca te ha abandonado y nunca te abandonará. ¿Tú sabes que la abuelita siempre fue buena? ¿No?
-¡Claro! -Contestó Pablo.
-Pues mira, he ido al sabio de Oropesa y me ha dicho que la abuelita ahora forma parte de la luz. Y eso quiere decir que donde haya luz, allá estará la abuelita. Eso quiere decir que la abuelita siempre estará contigo.
-¿Y si hay oscuridad? -Preguntó el niño.
-Cuando lo necesites enciende una luz y así la abuelita estará contigo.
Entonces el niño sonrió y se puso a jugar.

Ya por la noche, Pablo tuvo una pesadilla y se levantó sobresaltado, pero entonces, vio una luz por la ventana y sonrió sabiendo que la abuelita estaba cuidando de él. Pudo ser un rayo, pudo ser el efecto de los faros de un coche, pudo ser cualquier cosa, pero daba igual... La abuela era parte de la luz y le iba a acompañar en cada sueño, en todo momento, para siempre.

Fran García
Oropesa del Mar a 20-11-2016
Dedicado a ti.